top of page

¿Un mago nace o se hace? A día de hoy aún no lo tengo claro. Pero de lo que sí que estoy seguro es que por fin he llegado. Y con el firme propósito de quedarme mucho, mucho tiempo.


Los caminos que llegan a la magia son raros y, en muchas ocasiones, imprevisibles. Hasta que decidí dedicarme al mundo de la ilusión, de la magia, he hecho casi, de todo. En mis años “mozos” fui monitor de niños en campamentos de verano, he sido actor de teatro e incluso director de cine, animador y, sobre todo, maestro. Que es a lo que me dedico cuando no estoy subido a un escenario.


¡¡¡ Tan ta ta chaaan!!! Para esta empresa, lo primero que necesitaba era encontrar un nombre adecuado. Pensé mucho, probé mucho, pero ninguno llegaba a convencerme. Llegó un momento en el que creía que no iba a poder conseguir ninguno que me satisficiera. Hasta que al final me di cuenta que toda la vida mis amigos, en los campamentos de verano, me habían estado llamando así, “Kikiricaña de la montaña”. Así que, ¿por qué no? EL MAGO KIKI.


El siguiente paso era algo más complicado. Debía conseguir una imagen con la que se me pudiera reconocer al instante. ¿Una melena descuidada, unas cadenas brillantes, una capa pomposa…..? No, necesitaba algo más práctico y fácil de reconocer. Así que cuando veas a un hombre de negro, con poco pelo, sombrero de copa y un chaleco verde y brillante, sabrás inmediatamente que soy yo, EL MAGO KIKI.


Ahora sí que estoy preparado para sorprenderte a ti y a los tuyos. A mayores y no tan mayores. Me encanta el teatro y disfruto con el humor y quisiera sorprenderos haciendo de mi visita uno de los días más felices de vuestra vida.     ¿Te atreves?

De un duende

a un amigo

bottom of page